LA IA HA HACKEADO EL SISTEMA OPERATIVO DE LA CIVILIZACIÓN HUMANA

El famoso historiador Israelí de 42 años reflexiona sobre las capacidades y horizonte de la Inteligencia Artificial (IA) en este reciente artículo publicado por The Economist (www.theeconomist.com) con fecha 28 de abril de 2023.

El escritor sostiene que en los últimos años han surgido nuevas herramientas de inteligencia artificial que amenazan la supervivencia de la civilización humana desde direcciones nunca antes pensadas. La IA ha adquirido algunas habilidades notables para manipular y generar lenguaje, ya sea con palabras, sonidos o imágenes y en este sentido, la IA ha hackeado (o “jaqueado” según la RAE) el sistema operativo de nuestra civilización.

Arguye el escritor: “El lenguaje es aquello de lo que está hecha casi toda la cultura humana. Los derechos humanos, por ejemplo, no están inscritos en nuestro ADN. Más bien, son elementos culturales que creamos al contar historias y crear leyes. Los dioses no son realidades físicas. Sino más bien, elementos culturales que creamos al inventar mitos y redactar escrituras sagradas.” Aunque para complementar este punto, Noah Chomsky, el padre de la lingüística moderna y una de las mentes más lúcidas de nuestros tiempos, ya ha dicho que ni el producto de la IA ni la manera como se produce pueden asemejarse en su estado actual a lo que hace el cerebro humano.

Siguiendo con su argumentación, Harari añade: “El dinero también es un elemento cultural. Los billetes, digamos, no son más que pedazos de papel de colores, aunque en la actualidad, más del 90% del dinero ni siquiera toma la forma de billetes de banco, son solo información digital en las computadoras”.  Y enfatiza lo siguiente: “Lo que le da valor al dinero son las historias que sus dueños, los dueños de bancos, los ministros de finanzas y los gurús de las criptomonedas nos cuentan al respecto. Sam Bankman-Fried, Elizabeth Holmes y Bernie Madoff” … – protagonistas de gigantescos fraudes -…  “No eran particularmente buenos creando valor real, pero todos ellos eran extremadamente capaces contando historias.”

A continuación, reflexiona el escritor: “¿Qué pasará una vez que una inteligencia no humana sea mejor que el humano promedio para contar historias, componer melodías, dibujar imágenes y redactar leyes y sagradas escrituras?”

Cuando las personas piensan en ChatGPT y otras nuevas herramientas de inteligencia artificial, lo primero que les viene a la mente son ejemplos de cómo los niños en edad escolar podrán usar la inteligencia artificial para escribir sus tareas. ¿Qué pasará con el sistema escolar cuando los niños hagan eso? Sin embargo, esta pregunta deja de lado la figura global. Olvídese de las tareas escolares. Piense en la próxima carrera presidencial estadounidense en 2024 e intente imaginar el impacto que pueden tener las herramientas de inteligencia artificial al producir contenido político, noticias falsas a gran escala y sagradas escrituras para nuevos cultos.

Continua el artículo sosteniendo que al manejar el lenguaje con habilidad, la IA podría incluso entablar relaciones íntimas con las personas y usar el poder de la intimidad para cambiar nuestras opiniones y visiones del mundo. Aunque no hay indicios de que IA tenga conciencia o sentimientos propios, poder fomentar una intimidad falsa con los humanos es suficiente si la IA puede lograr que se sientan apegados o identificados emocionalmente con ella.

A manera de ilustración el autor menciona que en una batalla política por las mentes y los corazones, la intimidad es el arma más eficaz, y la inteligencia artificial acaba de lograr la capacidad de producir relaciones íntimas en masa con millones de personas. Como es más que bien sabido, durante la última década, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla para controlar la atención humana. Pues bien, con la nueva generación de inteligencia artificial, el frente de batalla está pasando de la atención a la intimidad. ¿Qué le sucederá a la sociedad humana y a la psicología humana cuando la IA luche contra la IA en una batalla para fingir relaciones íntimas con nosotros, las mismas que posteriormente puedan usarse para convencernos de votar por determinados políticos en particular o para comprar determinados productos en particular?

Pero, incluso sin crear una «intimidad falsa», las nuevas herramientas de IA tendrían una inmensa influencia en nuestras opiniones y visiones del mundo. La gente puede llegar a utilizar un solo asesor de inteligencia artificial como un oráculo omnisciente y sabelotodo. No es de extrañar que Google esté aterrorizado. ¿Por qué molestarse en buscar, cuando solo puedo preguntarle al oráculo? La industria de las noticias y la publicidad también deberían estar aterrorizadas. ¿Por qué leer un periódico cuando puedo simplemente pedirle al oráculo que me diga las últimas noticias? ¿Y cuál es el propósito de los anuncios, cuando solo puedo pedirle al oráculo que me diga qué comprar?

Como recalca Harari, la historia es la interacción entre biología y cultura; entre nuestras necesidades y deseos biológicos de cosas como la comida y el sexo, y nuestras creaciones culturales como las religiones y las leyes. La historia es el proceso a través del cual las leyes y las religiones dan forma a la comida y el sexo. ¿Qué pasará con el curso de la historia cuando la IA se apodere de la cultura y comience a producir – entiéndase inventar – historias, melodías, leyes y religiones? Las herramientas anteriores, como la imprenta y la radio, ayudaron a difundir las ideas culturales de los humanos, pero nunca crearon nuevas ideas culturales propias. La IA es fundamentalmente diferente. La IA puede crear ideas completamente nuevas, una cultura completamente novel.

Para no perder la perspectiva, no olvidemos que el miedo a la inteligencia artificial ha perseguido a la humanidad solo durante las últimas pocas décadas. Sin embargo, durante miles de años, los seres humanos han sido perseguidos por un miedo mucho más profundo. Siempre nos hemos dado cuenta del poder que tienen las historias y las imágenes para manipular nuestra mente y crear ilusiones. Consiguientemente, desde tiempos ancestrales, los humanos siempre hemos temido quedar atrapados en un mundo de ilusiones.

Adolfo Cunyas Zuranich
Comunicaciones Corporativas
Russell Bedford Perú