El mercado globalizado de hoy exige cambios sustanciales que presionan a las empresas para formar estructuras más complejas en su toma de decisiones, los cuales pueden verse influenciados por la falta de una cultura ética de sus principales funcionarios.
Al respecto, haciendo un breve análisis de la formación de la cultura ética de las organizaciones, se puede aseverar que ésta tiene sus cimientos en los principios y valores de las personas que decidieron formar parte de la organización en sus etapas iniciales, formando así su cultura y principios. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que en las organizaciones existe una diversidad de opiniones y formas de pensar, lo que para algunas personas es inaceptable para otras carece de importancia, por lo cual resulta necesario definir la postura de la organización en cuanto a la ética, lo que es “aceptable” y lo que conllevaría a una sanción porque se encuentra fuera de los parámetros permitidos “impropio”.
Una vez definida la filosofía y los principios éticos de la organización estos deben ser difundidos a todo nivel y debe implementarse mecanismos de comunicación para dar a conocer situaciones que se encuentren fuera de la postura ética de la organización, comúnmente denominadas líneas de denuncia, quejas y/o sugerencias.
La estructura ética en las organizaciones, así como su implementación, debe involucrar desde los niveles jerárquicos más altos hasta el último eslabón de la organización, incluyendo también a los terceros interesados (stakeholders), siendo sus principales promotores los accionistas, directores y la alta administración.
En conclusión, el fundamento o la base del gobierno corporativo es la cultura ética y la filosofía de los fundadores, así como las nuevas generaciones, ya que de ahí se desprenden la transparencia, la rendición de cuentas, la equidad entre accionistas e inversionistas, la lealtad al negocio, la diligencia, el respeto a los intereses de los demás y el apego a todos esos principios y las buenas prácticas; por lo tanto, resulta necesario anteponer la cultura y filosofía de la organización a cualquier modificación importante en los negocios, lo cual debe ser una prioridad en todo líder empresarial.
Elizabeth Pacheco Matencio
Supervisor de Auditoría
Russell Bedford Perú